no dejes que te impongan a quien querer

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domingo, 24 de agosto de 2008

Imperdible: Breve historia gay en el cine



























El Celuloide Oculto (The Celluloid Closet-1995) recorre la historia del cine desde sus inicios analizando el tratamiento que ha recibido la "homosexualidad" en las pantallas. Se acompaña de testimonios de actores y actrices que han interpretado a personajes homosexuales (como Tom Hanks o Whoopy Goldberg), guionistas y directores de diversas épocas y orientaciones.

Por supuesto, el Código Hays tiene su capítulo reservado, así como la Liga de la Decencia y otros intentos de censura. Lo más interesante, sin embargo, no es para mí cómo se realizaron intentos de impedir la simple mención de la homosexualidad en pantalla.

Ni siquiera las divertidas y a menudo exitosas maniobras para saltarse el código mediante rodeos sutiles (a veces con éxito, a veces sin él, como ocurrió con el famoso diálogo entre Tony Curtis y Lawrence Olivier acerca de ostras y caracoles en “Espartaco”).

Lo más interesante es el “hambre” con el que gays y lesbianas, hoy guionistas y directores, declaran haber devorado cualquier mención a su condición sexual en pantalla. Cualquier referencia lateral de una posible “sexualidad alternativa” en un personaje de reparto provocaba aluviones de llamadas entre la comunidad gay, “no te lo pierdas…”.

La necesidad de visibilidad hace que muchos de ellos prefirieran una alusión cinematográfica negativa que presente a los homosexuales como “locas”, “depravados”, “enfermos”, “mariquitas” antes que ninguna en absoluto. Aquello tenía su coste, por supuesto. Durante mucho tiempo, las únicas apariciones toleradas de travestidos, gays y lesbianas eran en forma de personajes criminales que eran abatidos a tiros, o dolientes y tristes almas suicidas que, incapaces de tolerar su deformidad, ponían fin a su propia vida al final de la película.

Yo pensaba que mi destino era ser perpetuamente infeliz, porque eso era lo que veía en el cine, y no había ningún otro sitio de donde obtener una referencia”. Frases como estas ilustran el impacto que sobre nosotros tiene la narrativa televisiva, literaria o en la gran pantalla.

Mi favorita, sin embargo, es esta: “El cine nos enseña qué es un hombre y qué es una mujer”. Y ay de ti como no te ajustes bien al modelo, porque no sólo otros tendrán problemas para reconocerte como tal, sino que puede que ni siquiera tú lo hagas.

El Celuloide Oculto es una buena película para recordar lo difícil que es ser gay. Pero es también una buena película para recordar lo difícl que es pertenecer a cualquier minoría. Lo difícil que es a veces escapar de los modelos culturales impuestos. Lo difícil que es tener una amplitud de referencias cuando eres discapacitado, gitano, o simplemente quieres vivir la vida de una forma distinta. Y también lo difícil que es enterarse de las cosas cuando uno es Charlton Heston. En uno de los momentos más gloriosos de la película, Gore Vidal habla del rodaje de Ben-Hur. William Wyler, el director, y Gore Vidal, guionista, andaban dándole vueltas a cómo meter más contenido en Ben-Hur. Tres horas de rodaje sobre la única base de un judío muy cabreado con un romano no parecía sostenerse bien.

Gore Vidal sugirió:

“I said well, look, let me try something. Let’s say that these two guys, when they were 15 or 16 when they last saw each other, they had been lovers and now they’re meeting again and the Roman wants to start it up. Masala, played by Stephen Boyd, wants to start it up with Ben Hur, played by Charlton Heston, heaven knows why but he does.”

(”Yo dije. bien, mira, déjame intentar algo. Digamos que estos dos tipos, que tenían 15 o 16 años cuando se vieron por última vez, habían sido amantes, y ahora que se vuelven a ver el romano quiere empezar con ello otra vez. Masala, interpretado por Stephen Boyd, quiere volver a empezar con Ben-Hur, interpretado por Charlton Heston, sabe el cielo por qué, pero eso es lo que quiere”)

William Wyler refunfuñó: “Pero no puede ser, esta película lleva el subtítulo de Una historia sobre Cristo… En fin , es lo mejor que tenemos hasta ahora. Habla con Stephen Boyd (Masala) y cuéntale el tema… pero no le digáis nada a Chuck (Charlton Heston). Él no podría con esto…”

Ay, ben Hur, cuánto he echado de menos tus biceps... Como consecuencia, así se rodó la película. Con todo el equipo conociendo de qué iba el tema, Masala comiéndose con los ojos a Ben-Hur, y Charlton Heston en el guindo. La película tiene un buen abanico de historias igualmente interesantes (aunque no tan divertidas) acerca de cómo se ha trabajado en Hollywood este tema (con alguna mención de pasada al cine británico). Merece la pena verlo para recordar lo cerca que estamos aun de los tiempos en que no podía ni pronunciarse la palabra “homosexual” en un diálogo. Merece la pena para entender mejor que acabamos de llegar a las puertas de una cultura más abierta, donde quepan todos los modos de vida compatibles con los Derechos Humanos.

Y que, por mucho troglodita que quede por ahí (la mayoría residiendo como inquilinos secretos en nuestros propios cerebros) el “vive y deja vivir” se abre paso.



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*Estas links son originales del blog "Fuck Vida"*